La vida de Abby da un giro perturbador cuando sus tíos la adoptan. Lo que pensó que era su salvación resultó ser una verdadera pesadilla al darse cuenta de que vive con abusadores. Para escapar de sus garras, necesitará de toda su valentía.
Cuando Corey Breininger era pequeño, su madrastra, Judith Hawkey, lo convenció de hacer algo horrible. Atormentado por la culpa, mantuvo el secreto durante años.
Robert Foust reflexiona sobre la idea de matar a su hijo Aaron, porque cree que es la única manera de impedir que se convierta en un asesino. Sin embargo, Robert decide ponerse en las manos de Dios, y Su plan lo lleva a cuestionarse todo.
Michele Ward se alegra de que a su marido no le importen sus frecuentes viajes para visitar a sus padres. Michele nunca pudo adivinar que la razón por la que la deja ir es porque sus perversiones enfermizas son cada vez más difíciles de ocultar.